- No tengas miedo- le susurré-. somos como una sola persona.
De pronto me abrumó la realidad de mis palabras.Ese momento era tan perfecto, tan auténtico. No dejaba lugar a dudas.
Me rodeó con los brazos, me estrechó contra él y hasta la última de mis terminaciones nerviosas cobró vida propia..
-para siempre- concluyó él, y después nos sumergimos suavemente en el agua profunda..

(amanecer)